Comidas caseras hechas por niños

Como cada vez son más los niños que comen solos en casa, la familia Kiwanis del área de Tokio organiza clases de cocina para los niños. Colóquese un delantal y agarre una cuchara.

Historia y fotografía de Jack Brockley

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Los voluntarios agregaron ingredientes a la sopa de miso.

Es uno de esos días en que las nubes claramente están ganándole al sol en las escondidas.  Sin embargo, los niños están determinados a divertirse y corren al parque de diversiones Tashimaen, en Neriman (Japón). Los pequeños se suben al trencito de Thomas para un paseo rápido.  Los niños y las niñas posan en el jardín de Pókemon para que los padres les saquen fotos. Las familias tratan de agarrar al mejor cerdito, caballito o carretilla del carrusel alemán El Dorado, de ciento diez años.

Un grupo de niños, sin embargo, tiene un destino diferente en mente. Se dirige a tomar una clase de cocina con la familia Kiwanis.

“Durante muchos años, el club Kiwanis de Tokio ha sido conocido por sus generosas contribuciones», dice Yuji Suzuki. “Recientemente, ha habido un incremento en el número de socios interesados en servir.»

Suzuki, presidente del comité de servicio del club para el período 2015 – 2016, se percató que hay cada vez más niños que comen solos en sus hogares debido a la alta tasa de divorcio, al hecho de que más madres trabajan fuera del hogar y otras razones.  Con esta información, él propuso una clase de cocina para niños. Por eso, este nublado domingo por la mañana, 35 niños se colocaron el delantal Kiwanis para participar de la segunda clase de cocina anual Kiwanis.  El Chef Oiwa de Tashimaen les enseña la manera correcta de preparar cerdo al jengibre y sopa de miso. Lo ayuda el presidente del proyecto Shoichi Kano (período 2016-2017) junto a otros kiwanis de Tokio, socios del Circle K de la universidad de Musashino y posibles socios para un posible club CKI de la universidad de Rikkyo.

Mientras las rodajas de cerdo se cosen en la sartén, los voluntarios de la familia kiwanis aconsejan a los niños como agarrar las pinzas de forma más cómoda, les indican cuando deben dar vuelta la carne, siempre con palabras alentadoras.  Después, todos se sientan para degustar el cerdo y la sopa de miso que prepararon.

“Esta es la primar vez que participo en este evento”, dice la socia del Circle K, Kaho Kojima, quien ha servido anteriormente junto a los socios del club Kiwanis de Tokio, cosiendo muñecas en el hospital.  “Todos los niños sonríen, y obviamente que disfrutan comer los platos que preparan”.

A un niño se le preguntó cómo se sintió en la clase y él contestó, mientras vaciaba de un sorbo un bol de sopa, que había disfrutado mucho la clase, especialmente cuando todos comieron juntos. Cuando le preguntaron sobre cuál había sido su plato favorito del día, él contestó: “la sopa de miso”. Tres boles vacíos apilados en frente del niño confirman su respuesta.


Esta historia apareció originalmente en la edición de junio de 2017 de la revista Kiwanis.