UNA PACÍFICA PASIÓN

Lea más acerca de nuestra conversación con el socio Kiwanis Raveen Arora, nominado al Premio Nobel de la Paz.    

Entrevista y fotos de Gail Mooney 

Raveen Arora tuvo una humilde crianza en Calcuta, India. Hoy en día, este socio del club Kiwanis de Tempe, en Arizona, está dedicado a servir a los demás y a recordarnos de que todos somos parte de una raza: la raza humana. 

Arora ha ganado numerosos reconocimientos a nivel nacional e internacional, incluyendo el Premio de Diversidad MLK, el premio humanitario Don Carlos y el premio al Servicio Internacional Madre Teresa. Pero, él está especialmente orgulloso por su trabajo en la ciudad de Tempe, donde creció y se dedica a trabajar para amainar el hambre y la escases de alimentos.

Raveen Arora

“Podemos ayudarlos, un niño a la vez”, resalta.

Satish Lakhotia, director del club Alliance Clubs International, dice que el trabajo que Arora ha realizado en los últimos 18 años en Apache Boulevard (Tempe), asolada por el crimen y las drogas, ha sido increíble. 

“Su empatía, amabilidad, compasión y respeto han convertido esta zona en un lugar sin delitos, drogas, ni incidentes”, dice Lakhotia. “Su proyecto de hidratación durante el verano comenzó en el año 2003 y se ha propagado por todo el condado, salvando la vida de personas durante los calurosos meses de verano”. 

Muchas organizaciones profesionales nacionales y asociaciones de Arizona han reconocido a Arora por su pasión por ayudar a los demás. Como fundador y director general de Think Human, Arora dirige la organización con conversaciones globales diseñadas para implementar prácticas de empatía, inclusión y comportamiento humano que ayudan a humanizar las comunicaciones en el lugar de trabajo, en las reuniones sociales y en las relaciones en todo el mundo. 

“Raveen Arora ha hecho tanto para fomentar la paz y la amistad internacional, no solo en su India natal sino también en su amado Estados Unidos y en el mundo entero”, resalta Richard Neuheisel, expresidente de Tempe Sister Cities. 

Arora actualmente está trabajando con Kiwanis International para expandir y hacer crecer a Kiwanis en la India. 

Con todo este trabajo y reconocimientos recibidos, no debería sorprendernos que varias organizaciones y personas hayan nominado a Arora para el Premio Nobel de la Paz. Los ganadores del Nobel se anunciarán en octubre de 2021. 

Arora recientemente fue entrevistado por la periodista Gail Mooney acerca de su vida y su propósito en este mundo. A continuación, le incluimos un resumen de la charla entre ambos. ~ Personal de la revista Kiwanis  


Raveen Arora

Gail Mooney: Cuéntenos un poco acerca de usted.  

Raveen Arora: Soy un ser humano. Nada humano me es extraño. Soy un niño refugiado que nació en la India. Mis padres fueron desplazados de su propio país. Cuando India Británica fue dividida entre India y Pakistán, 14 millones de personas fueron desplazadas. Un millón murió en cuatro meses. Mi papá se tuvo que hacer el muerto en el último tren de refugiados para poder mantenerse vivo. Mi madre estaba embarazada de mí. Nací en un cuartel de sirvientes en Calcuta. Así es como me convertí en lo que soy hoy.  

GM: ¿Por qué ha dedicado su vida a servir a los demás? 

RA: Nunca me olvidé de mis raíces. Pienso lo que experimentaron mis padres y el precio que tuvieron que pagar para sobrevivir y me pregunto: “¿Puedo marcar una diferencia en la vida de alguna persona por mi paso en este mundo? ¿Puedo ser parte del cambio?” No es difícil servir a los demás; es tan solo diferente y te hace sentir diferente. Todos somos parte de la comunidad y a menos que todos prosperen, no prosperaremos. 

Hace mucho tiempo que fui atraído por Kiwanis. Ellos eran el futuro. Para mí, se trata de la misión, no de mi. Mi iniciativa mundial – pensar como humanos – se basa en el hecho de que todos somos seres humanos. Solo existe una raza y es la raza humana. Pero, antes de poder ser humano, debes pensar como tal. Tienes que pensar desde la perspectiva de la otra persona para poder alcanzar esa unidad. Trato a las personas con respeto, empatía y dignidad. Quiero que me recuerden por lo que hice por los demás. Ese es mi legado.  

GM: ¿En qué se encuentra trabajando en estos momentos?

RA: Estoy trabajando con el problema del hambre y enfocándome en la falta de alimentos, ya que es una de las necesidades más apremiantes de la sociedad. La pobreza fue mi mejor amiga. Se que ella te lleva al hambre y este a la hambruna. La hambruna, a su vez, conlleva a otros problemas sociales como el delito y la falta de educación. Una persona hambrienta no comprende ni diferencia el bien del mal. Un niño hambriento no se puede concentrar en la escuela y estará tentado a robar. Un ladrón puede convertirse gradualmente en un criminal peligroso. Nuestro sistema penitenciario es el más afectado. 

Lo que siempre he abogado es que abran las puertas de una escuela para así cerrar las de una prisión. Es posible abrir una escuela si cuentas con un niño saludable y bien alimentado que pueda enfocarse en lo que le están enseñando. No se puede abrir una escuela para un niño que no sabe y que está preocupado cuando será la próxima vez que coma. Los padres lo enviarán a la escuela para que pueda comer gratis. 

Podemos ayudar a las personas que viven en nuestro jardín trasero, como los niños de Tempe, en Arizona. Uno de cada tres niños padece inseguridad alimentaria. Allí enfoco todos mis esfuerzos, en encontrar formas de combatir el hambre. No solo resolverlo entregándoles una lata de comida; sino brindándoles comidas nutritivas para que puedan convertirse en mejores estudiantes. Viven en villas. Pero, en los Estados Unidos de América, en un país donde tenemos todo, podemos ayudarlos, podemos salvar un niño a la vez.  

GM: ¿Qué se siente ser nominado al Premio Nobel de la Paz? 

RA: Este reconocimiento al Premio Nobel es la epítome. Me completa y completa mi trayecto por esta vida. Me siento honrado de estar junto a la Madre Teresa, Desmond Tutu, Nelson Mandela y su santidad el Dalai Lama. Asimismo, el amor y el apoyo que recibo es algo que no me merezco. Soy tan solo un mensajero. Y mi mensaje es muy simple: Lidera con humildad porque lo que hacemos por nosotros muere con nosotros, pero lo que hacemos por los demás vivirá para siempre. Esto es lo que me motiva todos los días, no los honores ni los reconocimientos. Estos son tan solo decoraciones, negocios. Sin embargo, para mí, el mero reconocimiento de haber sido nominado para el Premio Nobel es el epítome de todo.  Nunca pensé que podría ser reconocido por lo que estaba haciendo porque es lo que sentía hacer. Hoy, cuando Dios me ha dado tanto, me pregunto: ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo puedo marcar una diferencia? ¿Puedo ayudar a alguien necesitado?” Puede que alguien solo necesite un poco de compasión o amabilidad, porque la amabilidad es el único idioma que el sordo puede oír y el ciego ver. 

Se anunciarán los nominados al premio Nobel en octubre del año 2021.